Entre cartones , cristales rotos y sucios se ve una mendiga pelirroja, en el suelo su cara dulce se tiñe de rojo y en su garganta se hunden dos secuelas de dónde emana esa roja inmortalidad, un grito en el estómago que congelará sus venas y que demacrará su piel para hacerla blanca y gélida como el mármol... un monstruo sediento de sangre...